🎯 La Cultura del «Algo Hay Que Darle»
Cuando un familiar, especialmente un niño, presenta síntomas de resfriado o gripe, la necesidad de alivio rápido lleva a la prescripción o demanda de fármacos. Si bien se indican combinaciones para aliviar varios síntomas (cuyo valor terapéutico ya es cuestionable), la preocupación real surge con la prescripción innecesaria de antibióticos.
Recordemos la premisa fundamental:
Los antibióticos fueron diseñados para combatir infecciones bacterianas. Son ineficaces contra los virus (virus), que son la causa del 90% de los resfriados y gripes.
Lamentablemente, esta práctica se ha normalizado, llevando a consecuencias mucho más graves que el simple gasto farmacéutico.
🦠 El Precio Biológico: Resistencia y Daño a la Microbiota
El uso indiscriminado de antibióticos, ya sea por una prescripción médica apresurada o por la ingesta a través de ciertos alimentos, tiene dos efectos devastadores:
1. Generación de Organismos Resistentes (#ResistenciaAntibióticos):
La exposición constante a estas drogas somete a las bacterias a una presión evolutiva. Las bacterias sensibles mueren, pero las que poseen mecanismos de defensa (la flora «mala» resistente) sobreviven, se multiplican y se vuelven dominantes. Si tu hijo está permanentemente expuesto a antibióticos (incluso por el consumo de productos con residuos, como ciertos lácteos), la próxima vez que realmente necesite un antibiótico para una infección grave, puede que este ya no funcione.
2. Daño a la Flora Intestinal:
Los antibióticos no son selectivos: matan a los microorganismos patógenos, pero también a las bacterias «buenas» y beneficiosas que componen nuestra microbiota intestinal.
Este desequilibrio no solo causa síntomas digestivos, sino que también permite que las cepas resistentes tomen el control y prosperen. La flora se vuelve «selectiva» hacia la resistencia antibiótica.
⚠️ Un Retorno al Pasado: La Gravedad de la Situación
La creciente resistencia microbiana a los antibióticos es una crisis de salud pública mundial. Si seguimos por este camino, corremos el riesgo de regresar a una era médica anterior al descubrimiento de la penicilina, donde infecciones comunes que hoy tratamos fácilmente (como una simple infección urinaria o una herida) podrían volverse mortales.
🍏 ¿Qué Podemos Hacer? Un Llamado a la Conciencia
Como padres y pacientes, tenemos un rol activo en esta lucha:
- Revisa la Alimentación: Presta atención a la cantidad de antibióticos que tu familia ingiere diariamente a través de la cadena alimentaria (productos cárnicos o lácteos que no son orgánicos). Un indicador simple pero crudo: cuanto menos se pudra un alimento, más probable es que contenga conservantes o sustancias que alteran su proceso natural.
- Cuestiona y Observa: Reflexiona sobre los hábitos de prescripción de tu médico. ¿Siempre receta algo de inmediato? ¿O se toma el tiempo para observar y diagnosticar? De igual forma, evita ser tú quien demanda una «droga combinada» o un antibiótico.
- Valora la Naturaleza: Muchos síntomas (especialmente los virales) se resuelven con el tiempo, descanso y soporte. El hábito de «darle algo» al paciente anula este crucial periodo de observación y espera que nos enseña la naturaleza.
Tu salud intestinal y la efectividad de los antibióticos en el futuro dependen de las decisiones que tomemos hoy.
Doc. Caro 👩🏻⚕️🌿


